Una nueva identidad abierta y luminosa
La herencia de esta casa familiar permitió definir el programa del proyecto: preservar el espíritu del lugar creando una nueva identidad propia para sus nuevos habitantes. Originalmente cerrada sobre sí misma, el proyecto genera una transversalidad entre la montaña y el valle a través del espacio principal que reúne cocina, comedor y salón. Una nueva escalera depurada, adosada a una mampara acristalada, filtra los dos espacios; su sentido de subida se invierte para permitir una distribución central de las estancias de la primera planta. Esta rehabilitación se adapta a un estilo de vida que prioriza la luz, el bienestar y la libertad: flexibilidad en la disposición, coherencia de los espacios y una unidad estética marcan esta realización de calidad.