Un despacho notarial con carácter propio
La creación de una notaría de 210 m² en un edificio de oficinas permite establecer una identidad singular marcada tanto por el carácter institucional de la profesión como por la voluntad de ofrecer una experiencia distintiva. El recorrido interior se organiza según las funciones, desde la recepción hasta la sala de firmas, que cuenta con una salida directa al vestíbulo del edificio, lo que garantiza la máxima confidencialidad para los clientes. En el corazón del diseño se encuentran los despachos de los notarios, seguidos de un espacio para los oficiales que conecta con la sala de firmas. Todo el mobiliario ha sido diseñado a medida, retomando el tema del "mikado", que define la identidad del edificio. El suelo cálido de madera contrasta con la sobriedad del mobiliario en blanco y negro. La luz natural penetra en el corazón de la notaría a través de las particiones acristaladas interiores.